26 jun 2009

La casa embrujada


La historia de la casa embrujada es tan antigua como antiguas son las casas y como antiguo es el miedo humano a lo desconocido. Cada vez que escucho que “en esta casa penan”, disfruto de la historia, en la que un personaje, conocido o desconocido, se aferra al lugar en el que vivió asustando a los actuales moradores.
Es fácil decir que en la casa hay un fantasma para explicar cualquier ruido inusual que se escucha en medio del silencio, especialmente en la noche. Las historias de penaduras y fantasmas que caminan por la casa recorriendo los lugares que frecuentaban cuando estaban vivos son muy entretenidas, pero no pasan de ser eso: historias para explicar ruidos aparentemente inexplicables.
Las construcciones, más que estar habitadas por fantasmas, están vivas ellas mismas, al estar compuestas por materiales que trabajan en conjunto para formar una estructura resistente. Este conjunto vive, respira, y se mueve, aunque ese movimiento sea imperceptible al ojo humano, cada vez que la temperatura cambia, al dilatarse o contraerse sus componentes, y con los temblores diarios también imperceptibles.
Los crujidos de la madera, los sonidos de los metales al expandirse o contraerse, los golpes de aire dentro de las cañerías, son sonidos siniestros que muchas personas atribuyen a la presencia de seres de otro mundo, que andan deambulando por los pasillos o el entretecho, porque han dejado una tarea pendiente, o sólo por el gusto de asustar a los vivos.
Por otro lado, en la noche despierta todo un mundo desconocido para la mayoría: pájaros, insectos y animales nocturnos salen a hacer su vida sin dejar huellas, pero sí emitiendo sonidos extraños para quienes no los conocen. Si se pone atención, insectos como grillos o saltamontes hacen sonar con fuerza sus patas contra la madera, y el grito de algunos pájaros que buscan una presa que cazar bien puede confundirse con un susurro humano.
Eso es por el lado de los ruidos; otro cuento son las sombras. ¿Qué niño no se ha imaginado un monstruo al contemplar un abrigo colgado en la oscuridad? Esa imaginación exuberante de la infancia sigue presente en la adultez, ya no con abrigos en la oscuridad, pero sí con reflejos y efectos más sofisticados, propios del rebote de luces de las construcciones y del entorno en general.
Lo cierto es que más que buscar una explicación más allá de la muerte, sin cuestionar la posible existencia de otras vidas, es interesante conocer la verdadera naturaleza de estos fenómenos, probablemente mucho más alucinante que los mismos fantasmas.

22 jun 2009

Días grises





Días de invierno grises, con bruma o con un temporal, son del agrado de muchos, sin embargo hay otros que no lo soportan, se deprimen, necesitan luz y sol. Caminar por la calle en estos días suele ser más gris que el día mismo: abrigos negros, paraguas oscuros, como de fotografía antigua, parecen reforzar la idea del mundo visto en blanco y negro.

Parecemos tener un sexto sentido para adecuar nuestra vestimenta e indumentaria en general, al color de la estación en curso; primaveras en tonos pastel, veranos multicolores, otoños en colores tierra e inviernos oscuros. Pero quienes se deprimen con el frío y la penumbra, deberían doblarle la mano al color y transformar el monocromo invierno en un mundo acogedor y colorido, aportando calidez desde todos los ángulos, partiendo por la vestimenta.

Saber que después de un día frío y húmedo se va a llegar a un lugar totalmente opuesto, cálido y acogedor es reparador para el espíritu, incluso en medio de un temporal.

Una imagen recurrente en las películas es la de alguien que está en el frío de una noche nevada y mira por una ventana hacia el interior de una casa, o cabaña, en la que se ve una familia feliz junto a una chimenea, normalmente celebrando la navidad. Esta imagen repetida representa el deseo de todos nosotros de estar en un lugar seguro mientras afuera ocurre la peor pesadilla climática. Entonces, si eso es lo que realmente sentimos, ¿por qué nos dejamos llevar por la monotonía, aunque para algunos de gran belleza, de los días oscuros?

No sólo la primavera es momento de renovación, especialmente si no somos una especie que hiberne, por lo que renovarse en invierno es una alternativa estupenda para vivir, y disfrutar de esta hermosa estación.

18 jun 2009

Cambiar de sueño


Con el actual valor del suelo urbano y el precio de la construcción, cada vez es más difícil optar por una vivienda cómoda, especialmente para los sectores menos favorecidos. Lamentablemente las viviendas que se construyen actualmente, adolecen de una falta de creatividad absoluta, repitiendo, y a la vez empeorando, los mismos patrones de hace 40 años.

Los terrenos se dividen y subdividen, quedando sitios mínimos y su reducida extensión limita el tamaño de la construcción. Construir a lo alto y a lo estrecho para poder acomodar todos los elementos necesarios parece ser la solución: el “compact living”, que no significa apretar los espacios hasta el ahogo y tratar de insertar en los mismos igual cantidad de muebles que en una casa grande, para estrujar aún más el reducido espacio, sino de optimizar el metraje, eliminando espacios inútiles, y aprovechando de usar la mayor cantidad de muros en muebles en obra, funcionales y cómodos para guardar los objetos, prescindiendo de muebles como roperos que sólo estrechan el espacio y cumplen la misma función.

Ha habido concursos de vivienda mínima, en los que han participado tanto arquitectos como estudiantes de arquitectura, y en los que se han desarrollado diseños de gran calidad arquitectónica y bajo presupuesto. Diseñadores han logrado muebles en obra baratos y de múltiples usos, especiales para lugares pequeños. Sin embargo se siguen construyendo las mismas casas insípidas e incómodas de siempre, el mismo plano, las mismas ventanas, los mismos techos.

Es necesario salir del esquema tres dormitorios-estar-comedor-cocina-baño, todo independiente, con un pasillo estrecho a lo largo del cual se distribuye todo o con una calurosa mansarda. Esa distribución la pensó alguien en algún momento y se ha seguido repitiendo sin pensar que la forma de vida, y por ende el uso del espacio, han cambiado. En estas casas no hay lugar para un computador, ni para una lavadora; el primero termina en un pasillo o en un dormitorio, y la segunda en el patio, bajo un improvisado techo, o en el baño.

Se hace urgente re-pensar la manera de configurar el espacio, cada vez más escaso y distinto a como se vivía hace 40 años; pensarlo para personas con necesidades similares a las nuestras, que se merecen una casa bonita, y al mismo tiempo hacer los barrios más agradables.

“Ante todo hay que cambiar de sueño”, dice el viejo chamán en una historia aparecida en la revista Uno Mismo (nº 211), y en este caso no puede ser más verdad.

17 jun 2009

Sin rodeos


Someter a un ser vivo a un grado de stress y maltrato físico como al que se somete un novillo en un rodeo, es divertirse con el sufrimiento de los demás. Que dos huasos a caballo correteen y luego atajen a un animal y ganen puntos por aplastarlo, francamente no merece el nombre de deporte y menos de deporte nacional. ¿Dónde está la experticia del “deportista” si lo que hace es obligar a otro animal, el caballo, a torturar?

Según la enciclopedia Wikipedia (www. wikipedia.org), el rodeo chileno es el deporte más importante en Chile, después del fútbol y “no es sólo un deporte sino también es una fiesta donde se reúnen los amigos y familiares” en una actividad tradicional. Sin embargo, la crueldad es la misma aunque se le llame tradición o deporte nacional. Y lo que para algunos es una fiesta para otros, no menos importantes, es un sadismo del Marqués de Sade.

Una corrida es, básicamente, una serie bien pensada de torturas bajo reglamento infligidas a un herbívoro pacífico, por otro herbívoro también pacífico, guiado por un humano.

No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que atropellar a los demás, cualquiera sea su especie, y servirse de ellos para comodidad o diversión es una actitud antihumana. Probablemente los que lo disfrutan es porque no alcanzan a darse cuenta de lo que hacen, porque no son capaces de mirar en los ojos de otro y ver ahí a otro ser, tan capaz, como él mismo, de sufrir y disfrutar. Mala cosa esto de no darse cuenta.

Considerando que a la mayoría de los niños les gustan los animales y quisieran tener un perrito, un gatito o un conejito, resulta fácil incentivarlos a que los respeten como lo harían con un amigo o con un hermano y no abandonar esa actitud cuando sean adultos. Y a los que tienen la posibilidad de tener un caballo, considerarlo un compañero de viaje y no como un instrumento de tortura.

15 jun 2009

Pensar la casa



Las formas de relacionarse con el entorno son tan diversas como personas hay en el mundo, y esa forma debe reflejarse en la distribución de espacios para que sea agradable estar en la casa.

Antes que nada, la casa tiene que ser cómoda, acorde al estilo de vida de cada cual, la casa adaptarse a la persona y no al revés.

Antes de construir una casa, en la etapa previa al diseño que se va encargar, es necesario tener muy claro cuáles van a ser los recintos con los que se va a componer la casa, de acuerdo a las necesidades de la familia. Lo más fácil es tomar un lápiz y hacer un listado, tal como la lista de compras, de todos los espacios que se quieren tener, cuántos dormitorios, baños, etc, sin pensar en su forma, sino sólo en la cantidad de cosas que se va a incluir.

Es importante, eso sí, proyectarse en el tiempo, a como la familia va a cambiar. Si es una familia nueva, probablemente tenga más hijos, que van a necesitar su espacio.

Pensar la casa es un tema muy difícil para decidir, ya que, por lo general, se quiere todo y luego, en la práctica, uno se da cuenta que no hacía falta tanto, y empieza a sobrar el espacio y hay recintos que nunca se usan.

La forma de la casa debería ser tan personal para una familia, como el cepillo de dientes para una persona, y no algo carente de personalidad, sacado directamente de una revista, o hecho con la idea preconcebida que una casa tiene que tener tres dormitorios, dos baños (uno en suite), todos organizados a lo largo de un pasillo, un living y un comedor separados, una cocina, un lavadero y sala de estar, como mínimo. Sacar a la gente de este esquema es muy difícil.

Pocos se dan cuenta que, en la práctica muchos de estos espacios son innecesarios, y hay otros que sí hacen falta y terminan habilitándose debajo de una escalera o al fondo de un pasillo, o peor, dentro de un dormitorio. Es el caso de espacios como la sala de estudio, especialmente si hay hijos en edad escolar. Si no se tienen hijos al menos se tiene un computador y de paso, todo lo que viene con él: impresora, estantes, papel, discos, etc. además de la mesa y la silla, que necesitan, además del espacio que ocupan, de un radio de movilidad para el que trabaja.

Otro espacio al que no se le da importancia es a la bodega, por mínima que sea, para guardar todos los cachureos, que de lo contrario terminan en el patio trasero.

Por eso es importante dedicarle tiempo a la lista de espacios, sentarse a pensar en vez de hojear revistas, para no arrepentirse después por espacios que sobran o que faltan.

11 jun 2009

Entre los árboles


Cada vez nos sorprende más cómo las personas tratamos de volver a ser más sencillos, y tener una vida menos artificial. Así como hay quienes aspiran a una casa cada vez más grande y llena de lujos, otros, viniendo ya de vuelta, buscan un mayor acercamiento a la naturaleza y a ellos mismos prescindiendo de sofisticaciones constructivas, conscientes que nuestros recursos no van a durar para siempre.

Es así, como el sueño de todo niño de tener una casa en un árbol, se hace parte del sueño de algunos adultos, que con espíritu de niño han decidido vivir en un árbol, siendo parte del bosque, minimizando el impacto negativo al medio ambiente y abaratando al mínimo los costos de construcción. Es así como nació el concepto de biotectura, o construcción biotectónica.

En el Ecopueblo de Pualafquén, muchos han construido su casa, con los materiales del lugar, usando como estructura soportante los mismos árboles, como cimientos las raíces y pilares los troncos, dando origen a una casa viva.

Otros, algo más pacientes y no del todo contentos con la casa del árbol, han decidido plantar casas. Sí, plantarlas, dando origen a una casa totalmente viva, que crece y cambia todos los días. Para eso sólo basta tener algunos árboles, un espacio donde plantarlos y mucha paciencia. Se plantan los árboles en círculo y a medida que crecen se les va dando forma de manera que sus ramas se junten arriba para formar el techo.

Modelos hay muchos, tantos como la imaginación lo permita. Y tiempo para pensarlos también, todo depende de la especie que se haya plantado. Algunos verán resultados dentro de cinco años, en el caso de las casas de mimbre, otros tendrán que esperar ochenta para poder disfrutar de la casa de encinas, y los con grandes aspiraciones imaginarán a sus nietos, o bisnietos, disfrutando de la mansión de secuoyas dentro de cien años.

Como sea, resulta divertido plantar una casa; es un monumento a la paciencia, al espíritu lúdico y a la conciencia de la estrecha relación del espíritu y la naturaleza.