Las formas de relacionarse con el entorno son tan diversas como personas hay en el mundo, y esa forma debe reflejarse en la distribución de espacios para que sea agradable estar en la casa.
Antes que nada, la casa tiene que ser cómoda, acorde al estilo de vida de cada cual, la casa adaptarse a la persona y no al revés.
Antes de construir una casa, en la etapa previa al diseño que se va encargar, es necesario tener muy claro cuáles van a ser los recintos con los que se va a componer la casa, de acuerdo a las necesidades de la familia. Lo más fácil es tomar un lápiz y hacer un listado, tal como la lista de compras, de todos los espacios que se quieren tener, cuántos dormitorios, baños, etc, sin pensar en su forma, sino sólo en la cantidad de cosas que se va a incluir.
Es importante, eso sí, proyectarse en el tiempo, a como la familia va a cambiar. Si es una familia nueva, probablemente tenga más hijos, que van a necesitar su espacio.
Pensar la casa es un tema muy difícil para decidir, ya que, por lo general, se quiere todo y luego, en la práctica, uno se da cuenta que no hacía falta tanto, y empieza a sobrar el espacio y hay recintos que nunca se usan.
La forma de la casa debería ser tan personal para una familia, como el cepillo de dientes para una persona, y no algo carente de personalidad, sacado directamente de una revista, o hecho con la idea preconcebida que una casa tiene que tener tres dormitorios, dos baños (uno en suite), todos organizados a lo largo de un pasillo, un living y un comedor separados, una cocina, un lavadero y sala de estar, como mínimo. Sacar a la gente de este esquema es muy difícil.
Pocos se dan cuenta que, en la práctica muchos de estos espacios son innecesarios, y hay otros que sí hacen falta y terminan habilitándose debajo de una escalera o al fondo de un pasillo, o peor, dentro de un dormitorio. Es el caso de espacios como la sala de estudio, especialmente si hay hijos en edad escolar. Si no se tienen hijos al menos se tiene un computador y de paso, todo lo que viene con él: impresora, estantes, papel, discos, etc. además de la mesa y la silla, que necesitan, además del espacio que ocupan, de un radio de movilidad para el que trabaja.
Otro espacio al que no se le da importancia es a la bodega, por mínima que sea, para guardar todos los cachureos, que de lo contrario terminan en el patio trasero.
Por eso es importante dedicarle tiempo a la lista de espacios, sentarse a pensar en vez de hojear revistas, para no arrepentirse después por espacios que sobran o que faltan.
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