6 nov 2009

Interpretar los sueños



No es raro que al momento de diseñar la casa, los futuros dueños de ésta busquen ideas en las revistas de arquitectura y decoración, lo que no es malo, hasta cierto punto, porque permite llenar la retina de imágenes y ampliar el horizonte de búsqueda. Pero llegar con la revista donde un arquitecto y decir “Quiero esta casa” es copiar una arquitectura ya hecha, que lo más probable, no se ajuste para nada a los requerimientos de la familia. Al igual que con las decoraciones y los jardines, el resultado es desastroso: espacios incompatibles con la forma de vida, sitios acartonados, y una casa de folleto.

Cada casa debe tener su propio espíritu, tanto en su arquitectura como en su decoración, propias de sus habitantes, es decir, latir al ritmo de los que la habitan. La mayor parte de las personas no entiende, o no sabe que la arquitectura funciona de esa forma, que es una respuesta a las necesidades más íntimas de las personas y que se crea en función de ellas.

Más bien nace de adentro hacia fuera, que de una fachada rígida vista al hojear una revista.

La arquitectura, al igual que la ropa, es una de las cosas que se puede, y se debe hacer a medida; si no es así, no funciona, y uno se termina adaptando a lo que hay disponible en lugar de que esto haya sido hecho, desde el principio cómodo y adaptable.

os humanos siempre estamos dando muestras de esa eterna necesidad de marcar territorio, de personalizar los lugares. Cuando alguien llega a un trabajo nuevo, lo primero que hace es poner en el escritorio una fotografía de alguien querido, diciendo ”éste es mi espacio”. Entonces, ¿por qué con una de las decisiones más importantes, como es construir la casa en al que vamos a vivir y formar una familia hacemos todo lo contrario? En lugar de personalizar copiamos, y en vez de obtener un buen resultado lo que obtenemos es un desastre: espacios sin personalidad, ambiguos, malas relaciones espaciales, mala luminosidad y, si la casa de la revista tenía lucarnas, lo que resulta son espacios residuales sin relación alguna entre éstas y lo que hay adentro.

Lamentablemente nos dejamos llevar por lo conocido, por lo millones de veces visto, y no nos abrimos a nuevas posibilidades. Innumerables veces he escuchado “Es una casa rara, típica de arquitecto”, sólo porque que se amolda a sus habitantes y no al revés.

Si bien la variedad de autos en el mercado es enorme, sólo podemos elegir entre lo que éste nos ofrece. Con la casa no es así, ya que podemos tener la casa que siempre estuvo en lo más profundo de nuestros sueños. Sólo necesitamos a alguien que sepa interpretarlos.

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